El mareo es una de las quejas más comunes e inquietantes en el ámbito sanitario, y representa un número significativo de visitas al médico de cabecera y derivaciones a especialistas cada año. Puede aparecer repentinamente tras una enfermedad o lesión, o desarrollarse gradualmente con el tiempo, afectando la confianza, la independencia y la calidad de vida en general.
En el centro de muchos problemas de mareo se encuentra el sistema vestibular , una red sensorial de alta precisión en el oído interno y el cerebro. Este sistema nos indica nuestra ubicación en el espacio, ayuda a estabilizar la mirada al movernos y trabaja con sensores de visión y posición corporal para mantener el equilibrio.
Cuando el sistema vestibular se ve afectado, incluso actividades cotidianas sencillas, como caminar por el pasillo del supermercado, girar la cabeza para cruzar la calle o viajar en coche, pueden desencadenar síntomas. Afortunadamente, con un diagnóstico preciso y una rehabilitación vestibular específica, muchas personas pueden recuperarse por completo.
¿Qué es el sistema vestibular?
El sistema vestibular incluye:
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Canales semicirculares : detectan movimientos rotatorios de la cabeza, como girar, inclinar o asentir.
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Órganos otolíticos (utrículo y sáculo) : detectan la gravedad y la aceleración lineal.
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Conexiones neuronales : vinculan el oído interno con el tronco encefálico, el cerebelo y los centros cerebrales superiores, integrando el movimiento, el equilibrio y la información visual.
Cuando funciona correctamente, el sistema vestibular mantiene la visión clara durante el movimiento de la cabeza a través del reflejo vestíbulo-ocular (VOR), al tiempo que ayuda a mantener una postura y orientación estables.
Causas comunes de disfunción vestibular
Los problemas vestibulares pueden ser periféricos (originados en el oído interno) o centrales (causados por problemas cerebrales). Las causas comunes incluyen:
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Conmoción cerebral o lesión cerebral traumática leve (LCT leve) que afecta las vías vestibulares periféricas y centrales.
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Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) : causado por pequeños cristales de carbonato de calcio (otoconias) que se desplazan hacia el canal auditivo interno equivocado, lo que produce breves episodios de vértigo con el movimiento de la cabeza.
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Neuritis vestibular o laberintitis : infección viral o bacteriana que causa inflamación de las estructuras vestibulares.
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Enfermedad de Ménière : una enfermedad crónica que causa vértigo episódico, pérdida auditiva fluctuante y tinnitus.
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Declive relacionado con la edad : reducción gradual de la función vestibular a lo largo del tiempo.
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Otras afecciones neurológicas , como accidentes cerebrovasculares, vértigo asociado a migrañas o esclerosis múltiple.
Cómo afecta la disfunción vestibular a la vida diaria
Cuando la función vestibular se ve afectada, el cerebro recibe información incompleta o contradictoria sobre el movimiento y la posición de la cabeza. Esto puede provocar:
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Vértigo : sensación de girar o remolino.
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Mareos o aturdimiento , especialmente en entornos concurridos y visualmente complejos.
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Desequilibrio e inestabilidad , con mayor riesgo de caídas.
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Sensibilidad al movimiento : incomodidad en automóviles, ascensores o multitudes en movimiento.
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Visión borrosa o inestable (oscilopsia) – al mover la cabeza.
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Ansiedad y fatiga , causadas por el esfuerzo constante por mantenerse orientado.
Estos efectos pueden limitar la actividad física, reducir la confianza y dificultar las situaciones sociales o laborales.
Rehabilitación: Restaurando la estabilidad y la confianza
La rehabilitación vestibular utiliza ejercicios específicos y progresivos para ayudar al cerebro a adaptarse, compensar o recuperarse. Un programa personalizado puede incluir:
1. Entrenamiento del reflejo vestíbulo-ocular (VOR)
Los ejercicios VOR mantienen la visión estable durante el movimiento de la cabeza. Los pacientes se enfocan en un objetivo fijo o móvil mientras giran la cabeza, aumentando gradualmente la velocidad y la complejidad. Algunos profesionales utilizan herramientas de retroalimentación visual como HeadX Kross para ayudar a los pacientes a seguir la coordinación ojo-cabeza con precisión y progresar gradualmente en su entrenamiento.
2. Habituación al movimiento
La exposición gradual a movimientos que provocan síntomas (como agacharse, girar rápidamente o caminar por espacios concurridos) reduce la hipersensibilidad y ayuda a normalizar las respuestas cerebrales.
3. Integración visual-vestibular
Los ejercicios que combinan seguimiento ocular, movimiento de la cabeza y equilibrio ayudan a que los sistemas sensoriales trabajen en conjunto. Los objetivos estructurados y las herramientas de retroalimentación pueden hacer que este proceso sea más medible y atractivo.
4. Entrenamiento de equilibrio y control postural
Desde la postura estática hasta los desafíos dinámicos en superficies inestables, el entrenamiento del equilibrio recupera la estabilidad. Las actividades que requieren dos tareas, como mantener el equilibrio mientras se recitan palabras o resolver rompecabezas sencillos, preparan a los pacientes para las exigencias de la vida real.
5. Reposicionamiento de canalitos
En el caso del vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), maniobras como la técnica de Epley reposicionan los cristales en el oído interno y a menudo resuelven el vértigo en una o dos sesiones.
Por qué es importante la intervención temprana
Cuanto más persistan los síntomas vestibulares, mayor será su impacto en la condición física, la salud mental y el funcionamiento diario. La evaluación y la rehabilitación tempranas no solo mejoran los resultados, sino que también pueden prevenir problemas secundarios como el desacondicionamiento, la ansiedad y la reducción de la independencia.
Vivir bien con trastornos vestibulares
Si bien algunas afecciones vestibulares se resuelven por completo, otras pueden requerir un tratamiento continuo. Con una rehabilitación constante, muchos pacientes recuperan la estabilidad, la confianza y la movilidad que creían haber perdido. Ya sea caminando al aire libre en terreno irregular, practicando deporte o simplemente desplazándose con comodidad en un entorno concurrido, la recuperación suele ser posible con el apoyo y las herramientas adecuadas.